A seis meses de haber sido inaugurado por el Alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, Puerto Mocho se ha convertido en uno de los sitios más visitados de la ciudad, brindando no sólo a propios y turistas un espacio para el disfrute, sino también a familias, la oportunidad de encontrar aquí el sustento diario.

Este es el caso de Lenis y Shirley, dos madres trabajadoras y luchadoras, a las que la transformación de este lugar les dio una mejor calidad de vida para ellas y sus hijos.

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La lucha de ambas, comienza cada mañana justo cuando inicia la faena en el hogar, en la que se preparan para trabajar y enviar a los niños al colegio.

Shirley Morales, una madre de tres hijos, siempre ha enfrentado el desafío de equilibrar su vida laboral y familiar. Pero, con una sonrisa que le ilumina el rostro, habla de su trabajo en la playa urbana de Puerto Mocho, donde se dedica al aseo de los baños y atiende a los turistas.

Aunque dice que no todos son amables, ella se esfuerza por brindar un buen servicio y explicarles la funcionalidad de los espacios de manera paciente, a veces como si les estuviera hablando a sus propios hijos.

Shirley se venía desempeñando en actividades temporales, de carácter informal y todos los días se levantaba con la esperanza de encontrar trabajo en una empresa para mejorar sus ingresos. Esto último ocurrió en noviembre del año pasado, cuando fue contratada para trabajar en Puerto Mocho, uno de los grandes atractivos turísticos de Barranquilla, donde -además de disfrutar de la playa- los visitantes pueden realizar actividades acuáticas como el kitesurf, paddleboarding y kayak.

Shirley labora en la zona 2 de Puerto Mocho, donde está ubicada la escuela para deportes náuticos, 3 canchas de voleibol playa y una cancha de fútbol playa, con las condiciones ideales para sus prácticas, así como para realizar campeonatos.

En esta zona también hay 6 cocinas, 4 puntos comerciales, 1 batería sanitaria (hombre y mujer), zonas húmedas al aire libre, área de parques infantiles, 10 bohíos como áreas comunes para el disfrute de los turistas, 80 carpas frente a la playa, 3 columpios en la playa y un spot para fotos.

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El ingreso y acceso a la playa tiene 3 opciones. Una es a través de la estación del tren, que con sus vagones transporta en cada trayecto a 70 personas hasta la playa en sus 2.5 km de vía férrea. La segunda opción es utilizando la ciclorruta y la tercera forma de llegar es caminando a través del sendero peatonal.

Por estas características, Shirley se encuentra orgullosa de hacer parte de este proyecto, de trabajar en un lugar tan hermoso, frente al mar. Pero lo que más la motiva todos los días para levantarse a trabajar es el apoyo de sus hijos. El mayor, de 11 años, la llama su "guerrera" y le dice que quiere ser como ella.

Gracias a su trabajo actual, esta mujer ha logrado mejorar sus ingresos familiares y sentirse más segura y capaz. Agradece a Dios cada día por haberle dado la oportunidad de trabajar en un lugar donde puede crecer y desarrollarse, dejando atrás esos días aciagos de rebuscarse en la informalidad.

Por otro lado, Lenis Salgado es una joven madre de 30 años que tiene una historia de lucha y dedicación. Con dos hijos de 13 y 10 años, Lenis se esfuerza por combinar su rol de madre y su rol en el trabajo, del que se siente muy orgullosa.

Esta mujer de grandes batallas trabajó durante muchos años como mesera antes de la intervención de las playas de Puerto Mocho, para llevar el sustento a su hogar; pero la vida le sonrió con una nueva oportunidad laboral cuando comenzó la construcción del proyecto de recuperación y transformación de Puerto Mocho, la playa urbana que se ha convertido en uno de los sitios más visitados de la ciudad.

Este lugar que cuenta con más de un kilómetro de playa habilitada, se extiende a lo largo de un paisaje privilegiado que integra el río Magdalena, la Ciénaga de Mallorquín y el mar Caribe.

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Ahora, Lenis puede tener un sueldo fijo y planificar un futuro mejor para sus hijos. Lo que más la motiva es la educación de sus tres pequeños, a quienes les dice constantemente que estudien y sean "guerreros como su madre".

Aunque Lenis se siente triste porque no puede pasar mucho tiempo con sus hijos, se llena de orgullo al pensar en todo lo que ha logrado para ellos, en lo que su trabajo representa para su hogar. Su familia la apoya y se siente orgullosa de ella, y Leni sabe que su sacrificio valdrá la pena en el futuro.

Este domingo, en el Día de la Madre, Shirley y Lenis esperan la llegada de decenas de visitantes para que celebren en Puerto Mocho este día especial.

Para ellas, que son un ejemplo de cómo la determinación y el amor por sus hijos pueden llevarla a superar cualquier obstáculo y alcanzar sus metas, la mejor celebración será allí, haciendo lo que les ha cambiado para siempre la vida.